1ª PRACTICA MEDITATIVA
Para que sirve la meditación es algo que ha sido analizado y utilizado durante miles de años en diferentes culturas. En su esencia, la meditación es el acto de centrar la mente, liberarla de distracciones y conectarse con el presente.
La meditación es la herramienta clave para descubrir quienes somos, en un principio respondemos “yo soy quien piensa”, mi identidad viene dada por mi cuerpo, las emociones que siento en él y los pensamientos que tengo, este sería el punto de partida de todas las personas. Estamos identificados con los pensamientos que tenemos, yo le llamo la lavadora (todo el día dando vueltas). El ser humano tiene de 60 a 80 mil pensamientos al día, y debajo de esa lavadora estoy yo…
Si yo soy el que piensa, ¿qué pasaría si decido no pensar?, pues que la lavadora seguiría funcionando, si nos fijamos bien en ese instante existe el que decide no pensar y el que ha pensado, hay dos yoes, ¿Cuál eres tu?. El camino de la meditación es un camino de conciencia, conciencia es “darse cuenta”. Lo primero para aprender a meditar bien es generar ese OBSERVADOR que se “da cuenta” de los pensamientos que suceden, no que tengo “yo”, (os recuerdo que yo había decidido no pensar). El observador solo observa, no piensa, ese es el pensador.
Meditar es aprender a colocarse en ese observador de los pensamientos que pasan como las nubes en el cielo. La capacidad de darse cuenta de los pensamientos es conciencia, cuanta más capacidad de darte cuenta de los pensamientos tengas más conciencia tendrás. A medida que meditas más y más te vas “dando cuenta” de que si no haces caso a los pensamientos antes se van, es decir, la gasolina de la lavadora era tu identidad con ella.
La identidad que está debajo de la lavadora es el EGO, el PERSONAJE que creías que eras, lleno de creencias, miedos, formas de ver la vida… Por eso se dice que la meditación es un viaje de auto descubrimiento, primero descubres quién no eres ( el personaje) y a medida que la lavadora pierde la gasolina( tu identificación con ella) se va calmando y deja momentos de no pensamiento, de silencio en donde vas descubriendo tu verdadera identidad.
Dentro del budismo existen muchísimos tipos de meditaciones. La meditación que yo aconsejo para empezar, para construir unos buenos cimientos es muy sencilla:
Te sientas en una silla con la espalda recta y comienzas a contar respiraciones, cuando inhalo digo internamente “uno” y cuando exhalo digo ”uno”, luego inhalo el dos y exhalo el dos, inhalo el tres y exhalo el tres y así sucesivamente. Es como ir por una vía de tren, le doy un trabajo a mi mente, contar respiraciones, ¡esto es lo que voy a hacer¡, cuando vaya por el 32 quizás la lavadora me venga con pensamientos como “menudo rollo”, los veo (me doy cuenta) y sigo contando sin hacerles caso, estoy domando a mi mente de mono, ahora yo solo cuento respiraciones, todos los demás pensamientos no son míos. No se trata de luchar con la lavadora, de que no haya pensamientos, los pensamientos aparecerán pero yo sigo contando respiraciones, los pensamientos no me interesan, sigo concentrado en contar mis inhalaciones y exhalaciones.
Con este ejercicio entrenamos la ATENCION, que está depositada en la respiración, en el AHORA, cuando inhalas solo lo puedes hacer en el ahora, no puedes inhalar la respiración de mañana. Con este ejercicio también estamos regando la conciencia, ese darse cuenta del momento en que nos salimos de la vía del tren, cuando esto suceda, con cariño volvemos a contar, si aparecen pensamientos como “no se hacerlo”, “no sirvo para esto”…los miramos y volvemos a contar sonriendo, acabamos de ver a la lavadora del personaje auto limitándose…No le hacemos caso y seguimos, si vivimos esta meditación como un juego será más fácil.
Las dos reglas de oro en la meditación son PACIENCIA y CONSTANCIA. Son dos palabras cuyo significado irá ampliándose de tal manera que pasarán a formar parte de tu ser.